Ensayos
No se robó un peso
Por: Abogada Diana Muñoz Castellanos
La frase favorita de defensa de los seguidores del tristemente conocido Andrés Felipe Arias es esa, “no se robó un peso”, y es que pareciera que hubiese hecho carrera la idea de que la corrupción es solo embolsillarse los recursos públicos, bajo esa idea, exculpan socialmente a quienes teniendo el deber de obrar de una manera al tenor del mandato que un cargo público les impone, deciden actuar de manera corrupta, en su propio beneficio o en beneficio de terceros, como ocurrió en el caso de Agro Ingreso Seguro.
Bienvenidos a esta prestigiosa Red Social
Las redes sociales son una alcantarilla en la que de vez en cuando se encuentran tesoros, existen para todos los gustos y propósitos, desde la creación de vínculos laborales hasta la exhibición de una opulencia de mentiras donde todos son bonitos y felices, y como tan variados los propósitos resultan los usuarios, expertos que desinteresadamente ilustran sobre un tema, medios de comunicación que actualizan los eventos, fanáticos de todo el espectro de la política que repiten como loros y aplauden como focas al caudillo que adoran, opinadores y biempensantes siempre políticamente correctos, adolescentes replicando retos de algún influenciador y así, la lista es infinita.
El Ejercicio del Derecho será la Revolución
Colombia está de cabeza, llegaron los que llegaron al poder y en cuestión de meses se apoderaron de todas las instituciones, la división de poderes desapareció, los órganos de control también están en sus bolsillos y día a día vemos como delinquen descaradamente porque han perdido el miedo, no tienen quien los controle, porque el control son ellos mismos. Como ciudadanos responsables e informados no hacemos más que aterrarnos cada semana con las barbaridades del gobierno y sus secuaces, una valiente periodista judicializada por poner en evidencia los actos de censura en RTVC, un laboratorio de estupefacientes supuestamente desmantelado pero que parecía en inauguración con unas canecas relucientes que serían la envidia de Marie Kondo, una vicepresidente que por tomarse unas buenas fotos termina distribuyendo el coronavirus a los más vulnerables que utilizó para darse pantalla y una moción de censura cercenada por unos congresistas prevaricadores, todo esto en una semana.
Delincuentes de Uniforme
Esta generación de jóvenes tiene, en principio, una ventaja inmensa frente a las juventudes que tuvieron que padecer las distintas dictaduras y regímenes represivos latinoamericanos, están armados de tecnología que les permite registrar y publicar en tiempo real las arbitrariedades que presencian o padecen, y digo en principio porque las ventajas de contar con evidencia robusta de las atrocidades que cometen los miembros de la fuerza pública, al final son en vano. Por un lado, disuadir a los agresores de seguir perpetrando el acto de violencia, y por otro, acudir a acciones disciplinarias o penales con el propósito de que las conductas sean debidamente investigadas y juzgadas.
El Derecho Penal no es para Asustar
La comunidad científica ha coincidido en que el abordaje a la drogadicción ha de ser terapéutica y no punitiva, sin embargo, en aras de mostrarnos férreos en la lucha contra el narcotráfico y a pesar de que la Corte Suprema de Justicia ha decantado en varias de sus sentencias que para judicializar a una persona por tráfico de estupefacientes debe acreditarse la intención de comercializar la sustancia, seguimos desperdiciando valiosas horas en los despachos judiciales haciendo la pantomima de un proceso penal contra una gran cantidad de consumidores que corrieron la mala fortuna de ser sorprendidos por algún patrullero entusiasta llevando un poco más de unos porros de marihuana o unas papeletas de bazuco en sus bolsillos. Pantomima porque incluso desde la formulación de imputación, la fiscalía sabe, casi con certeza que en sede de acusación o incluso en audiencia preparatoria solicitará que la audiencia mute a preclusión y así terminará el espectáculo.